domingo, 22 de mayo de 2011

Rechazan proyectos mineros comunidades de Guatemala

Guatemala, 22 may (PL) Las poblaciones indígena y campesina continúan su rechazo a proyectos mineros en Guatemala, como indican hoy datos divulgados sobre una consulta realizada en Quiché.

  Según lo publicado, 27 mil 360 de los aproximadamente 47 mil 801 pobladores se pronunciaron en contra de lo previsto en inversiones de minería e hidroeléctricas en el municipio de Sacapulas, de aquel departamento con amplia presencia de los pueblos autóctonos.

Agua y tierra para los pueblos, no para las empresas, fue la consigna enarbolada por quienes dieron su opinión el pasado viernes, de acuerdo con el diario Prensa Libre.

Los sacapultecos somos inteligentes y estamos decidiendo en favor de qué futuro queremos dejar a nuestros hijos y nietos, dijo el alcalde Pedro Pu Turín, según el reporte.

Este añade una afirmación del Ministerio de Energía y Minas acerca de la existencia en esa zona de seis licencias para explotación minera de mármol, yeso y ceniza volcánica.

Además, hay un proyecto hidroeléctrico que abarcará ese municipio y otro de Quiché, así como uno del vecino departamento de Huehuetenango.

La consulta fue promovida por los miembros de los Consejos Comunitarios de Desarrollo, alcaldes auxiliares y la Coordinadora de Comunidades de Sacapulas en Resistencia y Defensa de los Recursos Naturales, señala el periódico.

En Guatemala son frecuentes las expresiones de rechazo a esos tipos de actividades por parte de los pueblos indígenas, inmensa mayoría entre el campesinado, debido a los daños ambientales y a la salud humana que conllevan.

car/jf
http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=290435&Itemid=1

viernes, 20 de mayo de 2011

Comunidades rechazan iniciativa para regular Convenio 169

Louisa Reynolds



Gobierno usa artimaña legal para limitar el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados sobre proyectos mineros e hidroeléctricos.

El 18 de febrero, el municipio maya mam de San Juan Ostuncalco, en el departamento altiplánico de Quetzaltenango, votó abrumadoramente contra siete licencias de exploración minera otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas a la empresa canadiense Gold Corp, que empezó a producir oro en el 2005.

De 6,758 personas, incluidos niños, que participaron, sólo 30 votaron a favor de los proyectos mineros autorizados por el gobierno del presidente Álvaro Colom.

El plebiscito de San Juan Ostuncalco se llevó a cabo en solidaridad con otras dos comunidades mayas mam en Quetzaltenango —Cabricán y Huitán— que rechazaron licencias mineras en sendos referendos realizados en noviembre del año pasado.

Fue el 48º plebiscito llevado a cabo en Guatemala desde que el país ratificó el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1996.

El plebiscito de febrero fue organizado por las autoridades municipales usando cédulas de votación en las que estaba impresa la pregunta “¿Está de acuerdo con los proyectos mineros en San Juan Ostuncalco?” en lengua maya mam y los votantes debían marcar con una X en los recuadros Sí o No.

Otras comunidades eligieron usar formas tradicionales de voto tales como levantar la mano, debido al elevado nivel de analfabetismo en muchas zonas rurales.

Mash Mash, uno de los líderes del Consejo Maya Mam, explica que la población de San Juan Ostuncalco, Cabricán y Huitán temen que los proyectos mineros pongan en peligro los recursos acuíferos de las comunidades así como a los bosques locales y la vida silvestre.

La contaminación con cianuro de los ríos locales, explosiones que han provocado enormes grietas en las viviendas de los pobladores y la sistemática represión a los activistas locales opuestos a los proyectos mineros se han vuelto una constante en la vida diaria de las comunidades de Sipakapa y San Miguel Ixtahuacan, en el norteño departamento de San Marcos, donde Montana Exploradora de Guatemala, subsidiaria de Gold Corp, opera la controvertida mina Marlin.

Temiendo que otros proyectos desencadenen desastres similares a sus comunidades, las poblaciones indígenas han expresado reiteradamente su oposición a aquellos que de claramente son peligrosos para el medio ambiente y muestran poco respeto por el bienestar de la población local.

Sin embargo, ninguno de los plebiscitos llevados a cabo hasta ahora, de acuerdo con el Convenio 169, han sido legalmente vinculantes. El gobierno argumentaba que para que dicho acuerdo entrara en vigencia, primero debía aprobarse un reglamento que lo vincule con la Constitución.


Maniobra legal para recortar los derechos indígenasLa negativa de las autoridades a cumplir con el Convenio 169 de la OIT ha sido el punto focal de las protestas indígenas contra el gobierno de Colom y ha provocado la emisión por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de medidas cautelares a favor de las comunidades afectadas.

En respuesta, el gobierno presentó febrero un reglamento para permitir la entrada en vigencia del Convenio 169 a partir de ese mes.

Pero las organizaciones indígenas han planteado sus objeciones, principalmente porque ni siquiera fueron consultadas sobre la iniciativa. El gobierno entregó un borrador del documento sin tomar en cuenta a los líderes indígenas y luego colocó el documento —en castellano— en la página web del Ministerio de Trabajo dando un plazo de 30 días a los ciudadanos para que lo leyeran y presentaran sus objeciones.

Tal como lo señala la antropóloga Irmalicia Velásquez Nimatuj, es poco realista y culturalmente inapropiado esperar que las remotas comunidades mayas —muchas de las cuales no hablan castellano— que no tienen acceso a internet, descarguen el extenso documento y presenten sus objeciones por escrito en un plazo tan corto.

“El reglamento en ningún momento fue consensuado con los pueblos indígenas ni con la población ladina (mestiza) pobre en donde están operando empresas mineras e hidroeléctricas. Por eso desconocemos y rechazamos dicha iniciativa del gobierno”, dijo el Comité de Unidad Campesina (CUC) en un comunicado.

Además, el contenido del propio documento es controvertido.

El abogado Carlos Loarca, de la no gubernamental Oficina de Litigio Estratégico en Derechos Humanos de Guatemala (OLEDH), quien luchó una larga batalla en los tribunales guatemaltecos a favor de las poblaciones de Sipakapa y San Miguel Ixtahuacán, explica que el Convenio 169 es un tratado internacional, lo cual significa que debería haber entrado en vigencia automáticamente cuando Guatemala lo firmó en 1996 sin necesidad de ningún reglamento, ya que estos sólo se aplican a leyes aprobadas por el Congreso guatemalteco.

“Si fuera necesario un reglamento para que un tratado entre en vigencia, ¿por qué no se les requirió para el caso de otros instrumentos internacionales tales como el Convenio para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio?”, preguntó.

Loarca agrega que las diferentes instituciones gubernamentales han emitido declaraciones contradictorias y confusas sobre la aplicación del Convenio 169 de la OIT.

De hecho, una carta enviada por la Comisión Presidencial de Derechos Humanos a la CIDH en respuesta a su más reciente medida cautelar en relación a la violación de los derechos indígenas en Sipakapa y San Miguel Ixtahuacán de noviembre del año pasado, dice que “el Convenio 169 se ha convertido en ley de aplicación nacional a partir de su ratificación”.

Si este fuera el caso, sostiene Loarca, ¿por qué el Ministerio de Energía y Minas se ha negado reiteradamente a reconocer los plebiscitos indígenas como legalmente vinculantes argumentando que era necesario aprobar un reglamento?

La Corte de Constitucionalidad también ha emitido fallos contradictorios. En julio del 2009 estableció que los estudios de impacto ambiental llevados a cabo por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales deben incluir la consulta a las comunidades indígenas en cumplimiento con el Convenio 169.

Sin embargo, en un fallo posterior, de diciembre del 2009, relacionado a un plebiscito llevado a cabo por el municipio de San Juan Sacatepéquez en el cual la población maya kaqchikel votó mayoritariamente contra la construcción de una fábrica de producción de cemento en el área, la Corte de Constitucionalidad declaró que las consultas sólo juegan un “papel accesorio” en la elaboración de los estudios de impacto ambiental.

Cuando se le preguntó recientemente al presidente Colom sobre este controvertido tema, el mandatario respondió que “no se pueden hacer consultas a diestra y siniestra sin un orden”, en el sentido de que el Convenio 169 debe ser aplicado bajo los términos del gobierno, no de las comunidades indígenas.

Para los líderes indígenas esto es claramente inaceptable.

“Con la imposición de dicho reglamento, no sólo se violan los derechos colectivos de los pueblos indígenas, sino que también se violan e interpretan los convenios internacionales a favor del gobierno y de la empresas exploradoras y explotadoras de nuestros recursos naturales”, afirmó la CUC. 
—Noticias Aliadas.

http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=6382

domingo, 15 de mayo de 2011

Video de la Lucha del Pueblo de Guatemala

Estimadas compañeras y compañeros:

Reciban un fraterno saludo, por medio de la presente compartimos un video  enviado desde el área de Comunicación de Guatemala, este video resume la lucha de este pueblo combativo y en resistencia.

Saludos,

--
Viviana Rojas Flores
Comunicación CLOC- VIA CAMPESINA
Secretaría Operativa Ecuador

sábado, 7 de mayo de 2011

Reparación no llega para víctimas indígenas

Louisa Reynolds
Para familias indígenas no basta el pedido de perdón gubernamental, exigen resarcimiento. (Foto: Louisa Reynolds)

Carlos Chen Osorio es el único sobreviviente de una familia maya achí cuyos miembros fueron asesinados brutalmente por el Ejército en cinco diferentes masacres perpetradas contra los habitantes de Río Negro, en el nororiental departamento de Baja Verapaz, durante los 36 años de conflicto armado en Guatemala.
 
Chen perdió a 40 familiares y actualmente encabeza la Asociación para el Desarrollo Integral de las Víctimas de la Violencia en las Verapaces Maya Achí (ADIVIMA), con sede en Baja Verapaz, que busca compensación para las víctimas.
 
Según Chen, no son suficientes las acciones simbólicas llevadas a cabo por el gobierno, tales como haber admitido que el Estado aplicó políticas genocidas contra las comunidades mayas del país.
 
“Se ha pedido perdón pero con eso no se compran tierras ni se construyen casas”, dijo.
 
El presidente Álvaro Colom es sobrino de Manuel Colom Argueta, ex alcalde de Ciudad de Guatemala asesinado en 1979 durante la etapa más álgida de la represión militar, y ha tratado de presentar a su gobierno centroizquierdista como heredero de la revolución de 1944, levantamiento contra el dictador Jorge Ubico que marcó el comienzo de una década de gobiernos democráticos bajo los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz.
 
Este periodo, conocido en la historia guatemalteca como “la primavera democrática”, terminó abruptamente con el golpe patrocinado por la empresa bananera United Fruit Company y el gobierno estadunidense que temían la propagación del comunismo en América Central.
 
La retórica gubernamental con frecuencia alude a estos hechos históricos, y la administración de Colom, cuyo lema es “tiempos de solidaridad”, ha presentado numerosas disculpas públicas por las atrocidades cometidas durante el conflicto armado.
 
En marzo pasado, Colom pidió perdón a los familiares del poeta y combatiente guerrillero Otto René Castillo y su pareja Nora Paiz, quienes fueron torturados y desaparecidos por el Ejército hace 44 años.
 
Pero durante la ceremonia se produjo un momento embarazoso para Colom cuando un grupo de activistas campesinos irrumpieron en el Palacio Nacional demandando al gobierno poner fin a los desalojos de tierras en zonas rurales, lo cual puso al descubierto el abismo existente entre la retórica oficial, que pone énfasis en la paz, la justicia para las víctimas de la guerra y la necesidad de luchar contra la pobreza y la desigualdad, y la cruda realidad del país.
 
Para víctimas de la guerra como Chen, las disculpas públicas suenan huecas cuando se ha avanzado muy poco para compensar a los sobrevivientes y terminar con la misma espantosa miseria en las zonas rurales que llevó a que campesinos desesperados se unieran a los grupos guerrilleros.
 
Planes de reparación desfinanciados
 
Se ha asignado al Programa Nacional de Resarcimiento un presupuesto anual de US$13.3 millones: $3.9 millones para gastos administrativos y $9.1 millones para el resarcimiento, incluyendo la construcción de viviendas básicas (una pequeña estructura de cemento de una habitación con techo de hojalata y letrina externa), planes de producción agrícola o artesanal dirigidos a proporcionar fuentes de ingresos a las comunidades, una indemnización de hasta $5,200 por víctima y breves sesiones de terapia para ayudar a los sobrevivientes a superar su terrible experiencia.
 
Según César Dávila, director del programa, el monto es sólo un tercio del presupuesto establecido por la Ley de la Política Nacional de Resarcimiento, aprobada durante el gobierno del presidente Alfonso Portillo (2000-2004).
 
Dávila precisó que esto significa que no se podrá cumplir el pedido de 3,000 viviendas en lo que queda del gobierno de Colom, que concluye en enero del 2012.
 
Respecto a los proyectos dirigidos a lograr la autosostenibilidad de las comunidades, se han llevado a cabo 130 estudios de viabilidad, pero debido a la falta de fondos sólo 20 de los proyectos propuestos serán implementados.
 
Cuando se cuestionaron las prioridades de la administración de Colom debido a que el programa de resarcimiento carece desesperadamente de fondos, Dávila dijo que el presupuesto solicitado para este año era de $28.8 millones, pero que los partidos de oposición en el Congreso lo redujeron a menos de la mitad, $13 millones.
 
Sin embargo, fuentes internas que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias, dijeron que pese a que el presupuesto del programa es claramente insuficiente, aun así con frecuencia se desperdician los fondos disponibles. Por ejemplo, en sólo una semana la oficina del programa gastó $9,800 en llamativa propaganda publicada en diarios nacionales con lectoría urbana de clase alta, pregonando los logros del programa. Esos fondos podrían haberse utilizado en construir cinco viviendas para familias rurales que han pasado años en una lista de espera que parece ser interminable.
 
¿Hubo guerra civil en Guatemala?
 
Para las víctimas del conflicto armado, las atrocidades cometidas contra civiles indefensos son difíciles de olvidar.
 
Sin embargo, para la nueva generación de guatemaltecos que nacieron después que se firmaran los acuerdos de paz en 1996, la guerra nunca ocurrió.
 
Hasta ahora, el plan nacional de estudios establece vagamente que los maestros deben explicar por qué se firmaron los Acuerdos de Paz, pero por lo general el tema es tratado de manera superficial y sin mencionar los principales motivos por los que ocurrió la guerra.
 
“Llevo 20 años de dar clases en la universidad y he notado cómo las nuevas generaciones desconocen completamente el tema, no saben ni que aquí hubo guerra”, dice el catedrático Rodolfo Arévalo.
 
Se supone que eso debe cambiar este año luego que el programa de compensación produjera una serie de materiales de enseñanza sobre los conflictos armados que serán usados en todas las escuelas, incluyendo juegos de serpientes y escaleras para los más jóvenes, donde cada cuadrado en el tablero contiene una pregunta sobre la historia guatemalteca que el estudiante debe responder, y una guía para los maestros sobre cómo abordar el tema y cómo responder a las preguntas que puedan surgir en el salón de clases.
 
Pero esos esfuerzos, que están dirigidos a asegurar que el holocausto maya no sea olvidado, han sido criticados por veteranos del Ejército y sectores de derecha que se niegan a admitir que se cometieron atrocidades.
 
“Hay quienes insisten en que no es bueno hablar de este tema. La firma de la paz fue simbólica, sigue estando el dominio de la oligarquía. En algunos colegios privados lo enseñan y los padres se quejan. En la nación, en el fondo, no hay interés por lo que pasó”, dijo la maestra Rossana Pinillos.
 
 —Noticias Aliadas.


http://www.alainet.org/active/46360&lang=es

Campaña Nacional de Firmas por el NO a la Minería Química a Cielo Abierto
y la Minería Nuclear en todas sus formas

Los ciudadanos del territorio argentino decimos NO a la minería química con la modalidad a "cielo abierto" y a la minería radiactiva en todas sus modalidades (cielo abierto o por galerías).

  • Pedimos la nulidad y derogación de la Ley de Inversiones Mineras (Ley Nacional 24.196) y normas complementarias.
  • Exigimos la derogación y anulación por parte de la República Argentina del "Tratado de Integración Minero Argentino-Chileno".
  • Reclamamos el cierre definitivo y la recomposición del ambiente, según el art. 41 de la Constitución Nacional, de todas las minas abandonadas y aquellas que están funcionando y no respetan la ley general del ambiente (ley nº 25675).
  • Pedimos previa autorización expresa para la utilización de recursos hídricos compartidos de las poblaciones de las provincias potencialmente afectadas por un emprendimiento minero que se expresarán por referéndum y demandamos la participación de la autoridad ambiental nacional en caso de efectos ínter-jurisdiccionales.
  • Pedimos se respeten estrictamente los principios ambientales preventivo, precautorio y de sustentabilidad contenidos en la ley general del ambiente y la sanción de caducidad de las concesiones mineras en caso de incumplimiento.
  • Reclamamos la detención y prisión de los empresarios mineros que contaminan el medio ambiente con sus delitos y la misma condena para los funcionarios públicos cómplices.
  • Denunciamos los planes nucleares que se fomentan desde el gobierno y enriquecen a los empresarios mineros que desarrollan emprendimientos mineros radiactivos.
  • Reclamamos expresa "Licencia Social" y participación ciudadana real y efectiva previas a los procesos de autorización de actividades mineras.

¡Sí a la vida y a la dignidad! ¡No al saqueo, destrucción y contaminación!

¡Sumá aquí tu firma a este reclamo!